La conciencia de la vulnerabilidad está alimentada por el miedo a lo imprevisto y desconocido.
Se trata de un miedo indefinido, latente e incómodo, que nos roba la tranquilidad, nos hunde el ánimo y nos transforma en caracteres aprensivos, suspicaces, irritables, asustadizos, tímidos y distantes.
SEAMOS CONCIENTES DE ELLO Y RESPIRANDO TODO EL MIEDO DEJEMOS QUE SALGA CON LA ESPIRACIÓN.
Con un ejercicio de relajación, intentemos deshacernos de ese miedo que nos atenaza. Inspirando, espirando; inspirando, espirando todas las veces que consideremos adecuado.
Esta técnica funciona si la aplicamos cotidianamente, más de forma preventiva. En los ataques de pánico, debe apoyarse con la medicación que nos prescriban a tal efecto.
Calcetines del revés 
que dulce recordar que con solo respirar deshaparece el miedo y todo lo malo que pudira existir en nuestra vida
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